El 31 de mayo, en Trujillo, una adolescente peruana transgénero de 14 años murió asesinada, víctima de un crimen de odio. Odio infundado hacia personas distintas. Odio cruelmente sazonado por congresistas que en el 2013 no aprobaron el proyecto de ley que incluía de manera explícita las categorías de orientación sexual e identidad de género, como formas de discriminación odiosa que motivan actos criminales. En un debate larguísimo, el congresista Carlos Bruce (reelecto por Peruanos por el Kambio) defendió la necesidad de rectificar la grave decisión de la Comisión de Justicia del Congreso. Pero la intolerancia y el fanatismo religioso impidieron que la propuesta prosperara: con 56 parlamentarios en contra, 27 a favor y 17 abstenciones, se descartó incorporar como categorías protegidas de discriminación a la orientación sexual y la identidad de género. 

Kenji Fujimori votó en contra, pese a que había apoyado a la campaña de "Parejas Imaginarias" ese mismo año (2013) aceptando ser retratado en situación amorosa con el "Conejo" Rebosio. Entró en el juego para caerle bien a la población LGTB pero a la hora de promover una ley contra crímenes de odio contra esa población no la firmó. Martha Hildebrandt y Luisa María Cuculiza también participaron en esa campaña... Felizmente no todos los fujimoristas se oponen a la igualdad.


Tipificar la discriminación por orientación sexual como categoría protegida en crímenes de odio... Ni siquiera eso logró el Perú. Mientras tanto Bolivia ha reconocido el transexualismo en sus registros de identidad, Chile y Ecuador ya tienen unión civil, Colombia y Uruguay ya aceptan el matrimonio homosexual, y Argentina y Brasil permiten, además del matrimonio, la adopción de niños.

RENZO SALAZAR, FACEBOOK DE "UN BESITO PARA PHILLIP"


56 CONGRESISTAS ODIADORES Y UN PRESIDENTE QUE NO LA VE

Los congresistas Humberto Lay (Restauración Nacional) y Julio Rosas (Fuerza Popular) fueron los más reacios al planteamiento de Bruce. "Esto requiere educación, no necesitamos legislar al respecto para incluirlo como un agravante", dijo Lay, congresista evangélico de gran poder entre sus seguidores. Para Lay (cuya iglesia gasta fortunas en inmensos carteles discriminatorios en lugares estratégicos de la ciudad) el tema no era urgente. Felizmente no lo tendremos de legislador los próximos años.

Julio Rosas (lamentablemente reelegido para el nuevo Congreso) sazonó su desprecio declarando, con menos gracia que un cómico ambulante, que "mañana más tarde otros tienen un gusto, una atracción por la droga, por comer otras cosas, no podemos rebajar, ni mostrar debilidad (...) Hay que respetar los derechos humanos pero no estar incorporando algunas categorías que tergiversan nuestro ordenamiento jurídico y afectan nuestra legislación".

el otorongo, facebook

De estos cobardes, infundados y violentos argumentos se nutrió la decisión de continuar auspiciando la homofobia en el Perú, desde el Congreso. Muchos de esos 56 congresistas ahora dicen lamentar la muerte de 50 jóvenes en una discoteca en Orlando, la misma semana que moría la adolescente trujillana Zuleimy víctima de un ataque brutal. 

El presidente Humala, en su cuenta de twitter, lamentó el “terrorismo” en Estados Unidos pero ni una palabra sobre la homofobia, móvil principal del genocidio en Orlando. 

El asesinato de Zuleimy se sumaría a los 8 casos que reportó el Informe Anual sobre Derechos Humanos de Personas Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales 2015 – 2016, elaborado por Promsex (Centro de Promoción y Defensa de Derechos Sexuales y Reproductivos) y la Red Peruana TLGB (Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales). La próxima persona que muera en el Perú víctima de la homofobia será la número 100 desde el año 2008, según Promsex.


corresponsalesclave.com

HOMOFOBIA EN LAS CALLES

El informe de Promsex detalla que los crímenes y atentados contra la vida y la seguridad de personas LGTBI no son hechos aislados. Según esa información, solo el último año ha habido, además de los 8 asesinatos registrados, 43 casos de afectación a la seguridad de las personas LGTBI, 32 de ellos contra trans femeninas. Estas cifras dan cuenta de la terrible situación de desprotección e inseguridad a la que se enfrenta esta población. La homofobia también es misógina. 

La violencia contra las poblaciones LGBTI se manifiesta de diversas formas, desde actos discriminatorios, como burlas y humillaciones, hasta asesinatos. Muchas veces esta violencia es extrema y con ensañamiento: desnudar a la persona, dejarla moribunda en las calles luego de golpearla, violarla con objetos y/o quemarla viva. Esta violencia, que cumple la función de recordarle a la víctima cuál es “su lugar” en la jerarquía de la sociedad y cuál es la protección que sus derechos y bienes merecen, genera terror y hasta suicidios entre las poblaciones LGBTI. El miedo, además, se ve legitimado con la impunidad, porque las autoridades no se interesan en la investigación, ni castigan adecuadamente al criminal.

Esa misma semana de crímenes homofóbicos dentro del país y fuera de él, una mujer en Miraflores ofendió a dos chicas que estaban dándose un beso en la puerta de una pizzería, con gritos, acusaciones, desprecio y una prepotencia que cada día se exhibe más entre la gente discriminadora, alimentada también por quienes desde el poder solo alientan más al odio y a la ignorancia: "Si nos vamos por lo legal yo las gano," les gritó la mujer homofóbica a las chicas, delante de una mujer policía que no sabía cómo proceder, porque para eso nadie los capacita. 

Conozco mucha gente homosexual que ante un ataque así no se hubiera achicado, gente con tanto carácter que hubiera llevado la discusión al límite, con tal de defender sus derechos. Los homosexuales también sienten ira... exigirles una conducta de monjes tibetanos es solo discriminarlos más.


HOMOFOBIA EN LOS MEDIOS Y EN LAS REDES SOCIALES

El año pasado, a fines de junio, el día del orgullo gay, el Banco de Crédito del Perú expresó su saludo a la igualdad en el twitter. Las marcas peruanas Bembos e Inca Kola también se sumaron a favor de la unión civil. Muchos usuarios manifestaron su rechazo al BCP e incluso pidieron desafiliarse. 

Otros opinaban que un gesto de coherencia del BCP con su saludo debió verse reflejado en créditos hipotecarios para parejas del mismo sexo. Un año después, el Banco Continental BBVA dio ese primer paso y la comunidad LGTBI lo celebró como un avance ejemplar.

El lunes 13, una semana después de los crímenes en Orlando y en Trujillo,  los periodistas Phillip Butters y Mijael Garrido Lecca debatían sobre la unión civil y si esa iniciativa debía o no formar parte de las prioridades del gobierno entrante. Phillip Butters se despachó así ante millones de oyentes de Radio Capital:

 "La unión civil no es importante ni para el 1,3% de los peruanos, ni para los gays es importante. La unión civil no debería estar ni en el punto 100 de la agenda (...) La unión civil le importa a la microminoría del país".

En el colmo de la prepotencia, el periodista radial habló en nombre de los gays, sin siquiera invitarlos a su programa y, para variar, lo hizo de manera peyorativa.       Una actitud reincidente, si recordamos que en el 2011 el tribunal de ética de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión le exigió disculpas públicas a Butters por expresarse duramente contra los homosexuales del país, diciéndole a un activista, al aire, también en Radio Capital:

 “Yo te digo una cosa, así para terminar, yo por la mañana voy al nido de mi hija y si veo a dos lesbianas u homosexuales chapando les pido por favor que se vayan a la primera y segunda, a la tercera ya los estoy pateando”. 

Tanto se viralizó el insulto, que incluso existe una página en Facebook llamada "Un besito para Phillip", que pese a su irónico nombre no pierde tiempo trolleando al periodista, más bien se ocupa de una sana y urgente campaña en contra de la homofobia en general.


ASESINOS VIRTUALES

Un post de Facebook sobre la matanza de los 50 jóvenes en Orlando generó las siguientes reacciones por parte de otros peruanos que deberían revisar el nivel delictivo de sus palabras, antes de avalar el asesinato con insultos:

Ya que en el screenshot que me enviaron figuran sus nombres y sus perfiles de Facebook, decidí investigar un poco más acerca de ellos. Franco Torres Ruiz (“Bueeeno ... menos 50 mariposas”), según su cuenta, trabaja para la Corporación Benéfica Prisma en Huancayo. John Judalava (“...la homosexualidad es una distorsión sexual igual que los zoofiliacos, pederastas y necrofiliacos...”) añade a su información personal que trabaja en Aventura 4x4 Perú. Jordan Salazar Llanos indica ser profesor de artes marciales para niños de la Academia Círculo Rojo.     No estamos hablando de ciudadanos sin oportunidades laborales o sin acceso a la información. El odio es odio aquí, en Orlando y en la punta del cerro.

El 2 de julio será la XV Marcha por el Orgullo Gay en Lima y otras ciudades del Perú. Miles de personas saldrán, una vez más, a pedir que se les visibilice y se reconozcan sus derechos. A estas marchas, cada vez más masivas, suelen ir familias de parejas heterosexuales con sus niños, congresistas y hasta valientes representantes de la iglesia católica que optan por no hacerle lobby a la homofobia.

Hasta ahora el Perú no ha tenido, desde sus gobiernos, la intención siquiera de contabilizar a la población LGTBI en sus censos, no existe un registro porque nadie quiere saber cuánta gente es. Pero a nivel mundial, en los países que sí han accedido a censar a sus ciudadanos de orientación sexual distinta, el promedio es del 8 a 10% de las poblaciones. Si el Perú tiene aproximadamente 30 millones de personas, entonces también tiene entre 2,5 a 3 millones de homosexuales. Una cifra demasiado importante como para que la homofobia siga escupiendo al cielo.


PERÚ ENTRE LOS MÁS ATRASADOS 

Otro es el panorama en Canadá, donde esta semana el Primer Ministro Justin Trudeau y su opositor en política, el líder del Nuevo Partido Democrático Thomas Mulcair, se dieron un beso para protestar contra la masacre en Orlando.       Trudeau representa al oficialismo y Mulcair a la oposición, pero han entendido que hay derechos humanos elementales que importan mucho más que la competencia individualista por ideologías políticas.

worldnewsdailyreport.com

Alberto de Belaunde, congresista electo por Peruanos por el Kambio, abiertamente gay, asume el gran reto ser parlamentario por primera vez y el de luchar contra la homofobia desde el Congreso: 

"El Congreso de la República ha bloqueado sistemáticamente cualquier reconocimiento a derechos LGTB. No solo con el rechazo a la unión civil, también vemos lo ocurrido con la ley de crímenes de odio y el Código Penal. Como si la eliminación de cualquier referencia legal a la orientación sexual o identidad de género sirviera para eliminar, también, la existencia de las personas LGTB. El reto para el nuevo Congreso es grande. Cada vez estamos más solos en este tema en América Latina, mientras que el resto de países avanza en aprobación de normas y en el desarrollo de debates públicos. Me entusiasma que en este punto Peruanos por el Kambio y el Frente Amplio tengan puntos de coincidencia, porque demuestra que no es un tema ideológico, es un tema de decencia. Confío que cuando iniciemos el debate lograremos sumar a otras fuerzas políticas". 

No olvidemos que el virtual presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, también apoyó la campaña de "Parejas Imaginarias", posando en virtuales amoríos con el popular Pablo Villanueva, "Melcochita". Confiamos en que PPK no hará lo que hizo Kenji, la clásica #figureteoperonofirmo. Sea como sea, en su plan de gobierno dice claramente que promoverá la unión civil no matrimonial, y eso ya es un avance.


HOMOFOBIA EN LOS HOGARES, ESCUELAS E IGLESIAS

En febrero de 2015 un niño de 12 años se suicidó en Iquitos. Su padrastro le había rapado el pelo luego de enterarse de su orientación homosexual. Según la prensa local, el niño se ahorcó y dejó una carta donde explicaba su decisión:

 “Odio a mi padre, por culpa de él me estoy matando. Gracias”. 

El niño, además, había sido víctima de bullying en el colegio Petronila Perea, donde se burlaban de su homosexualidad.

Esta situación de grave intolerancia se manifiesta también, en todo el Perú, en las "violaciones correctivas" a jóvenes lesbianas, con el criminal pretexto de que aprendan de qué se trata el verdadero sexo y desistan de su "desviación sexual". Ahora tratemos de imaginar el poco éxito que tiene una denuncia de esas en las comisarías de un país donde no prospera ninguna ley a favor de la protección de personas LGTB. 

Promover leyes a favor de la población homosexual no es una frivolidad, ni un capricho de caviares o artistas, es una necesidad urgente, una defensa de la vida, señores defensores que marchan "por la vida" haciendo fuerza de choque contra las marchas por la igualdad.

Uno de los gestos irresponsables que tuvo Keiko Fujimori durante su campaña fue reunirse con el ala radical de la iglesia peruana evangelista y prometerle, a cambio de votos, no aprobar proyectos de ley para proteger a personas de orientación sexual distinta. Quien más se lució en esa perversa transacción fue el ultra conservador y represor pastor Alberto Santana (buscar en youtube sus videos sobre el himen de la mujer) quien en su web personal publica una serie de fotos sobre una supuesta condecoración como "comisionado general de derechos humanos", con una falsa credencial con el logotipo de Amnistía Internacional. Tras tomar conocimiento de estas imágenes, Amnistía Internacional emitió un comunicado negando haber condecorado a Alberto Santana y denunció el uso inadecuado de su logotipo.

El cardenal Cipriani también tuvo palabras muy desubicadas justo después de los asesinatos en Orlando y en Trujillo, diciendo que "confiaba" en que el próximo gobierno no iba a poner en la agenda la unión civil. 

El año pasado, la misma semana en que Estados Unidos liberó el matrimonio para homosexuales en todo el país, Juan Luis Cipriani dijo que esa era una acción equiparable a los crímenes del estado islámico o al holocausto judío. 

no tengo miiedo, facebook

Soy homosexual y el año pasado, en una misa celebrada para el matrimonio de un familiar cercano, comulgué de su mano. El cardenal no me echó de la fila ni puso siquiera cara de desprecio, porque no había nada en mí que me diferenciara de las otras personas. Es más, comulgando, yo no generé un terremoto, ni la aparición del diablo en el altar, ni la histeria colectiva de los asistentes a la misa, niños incluidos. Por lo demás el cardenal estaba muy ensimismado como para notar ese atrevimiento... en su sermón solo había hablado, con tosca ironía y egocentrismo, de las acusaciones de plagio que por entonces ponían el foco sobre él. Nos pudo haber enriquecido con un sermón alturado, por ejemplo, uno en el que denunciara los abusos sexuales de miembros de la iglesia católica a jóvenes peruanos dentro del Sodalicio. Pero no se le puede pedir peras al olmo... ni es necesario pedirle permiso al cardenal para ser lo que somos.