Desde que PPK manifestó en campaña su apertura hacia la posibilidad de que los organismos vivos modificados (transgénicos) ingresen al Perú, la discusión ha polarizado a quienes asocian a este tipo de cultivos como los salvadores del hambre en el mundo y quienes los ven, más bien, como una amenaza a nuestra extraordinaria despensa alimenticia. 

En medio de este clima de discusiones que incluyen aprovechamiento político sin sentido y el legítimo temor de nuestros cientos de chef peruanos, nada menos que 109 premios Nobel firmaron una carta que señala que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) ha advertido que la producción mundial de alimentos tendrá que doblarse para 2050, a fin de satisfacer la demanda de la población mundial. Los nobeles acusaron a Greenpeace de “oponerse a los cultivos modernos, negar esos hechos y estar en contra de las innovaciones biotecnológicas en la agricultura.” El estadounidense Phillip Sharp, ganador del Nobel de Fisiología y Medicina en 1993 fue el impulsor de la carta. 

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Unas semanas antes la Academia Nacional de Ciencia, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos también se había pronunciado al respecto. “Los datos disponibles no muestran asociaciones entre los OVM y enfermedades o trastornos crónicos”, señaló el informe de 400 páginas basado en toda la info publicada sobre transgénicos los últimos 20 años. 

El algodón, el maíz, la canola y la soya representan casi la totalidad de cultivos transgénicos en el mundo. Unos pocos países han prohibido estos alimentos en sus tierras, otros lo permiten y el Perú tiene una ley que establece una “moratoria” por 10 años para su ingreso. Eso ocurrió en noviembre de 2011, durante el gobierno de Humala, en el Congreso de la República cuando se aprobó la Ley N° 29811 que establece la moratoria al ingreso y producción de OVM (organismos vivos modificados) al territorio nacional por un período de 10 años. 

UNA LEY PARA PROTEGER NUESTRA ALIMENTACIÓN 

La Ley de Moratoria designa al Ministerio del Ambiente como autoridad competente para su implementación, y define como objetivo de la norma el impedir el ingreso y producción de OVM con fines de cultivo o crianza (incluyendo los acuáticos) en el territorio nacional hasta el 2021, con miras a garantizar la seguridad alimentaria nacional y mundial, y promover la diversificación de nuestra economía. Pero no todos los OVM están prohibidos en el Perú. Están excluidos de la ley los de uso directo como alimento humano o animal, uso en investigación, en productos farmacéuticos y veterinarios regulados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

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Una de las justificaciones para esta moratoria fue que existe una fuerte corriente de cambio en las preferencias de los consumidores -nacionales y extranjeros- hacia los productos naturales. El informe Moratoria al Ingreso de Transgénicos OVM en el Perú 2011-2015, del MINAM, reporta que más del 90% de la población peruana demanda a las empresas de alimentos, bebidas y de cosméticos, información sobre cómo se abastecen de los ingredientes naturales. 

En cuanto al suelo peruano, la mayor parte de la tierra cultivable está distribuida en pequeñas parcelas familiares de menos de tres hectáreas en promedio, con tipos de climas, suelos y condiciones ambientales muy diversos. Este escenario no es favorable para los monocultivos industriales (lo contrario, grandes extensiones), pero sí para una pequeña agricultura basada en cultivos nativos con excepcionales cualidades nutricionales, dice el documento. Resulta que la base alimentaria de los peruanos se sustenta en la agricultura tradicional. El 60% de alimentos frescos provienen de la diversidad de cultivos nativos, mientras que la crianza de animales para carne, leche y fibra se basa principalmente en pastos nativos. 

El éxito de la gastronomía peruana se sustenta en la riqueza de opciones que brinda la diversidad genética de los cultivos nativos como las más de 3 mil variedades de papa y 52 razas de maíz. Según estudios realizados por la consultora Arellano para la Asociación Peruana de Gastronomía - APEGA, la gastronomía aporta al país alrededor del 9,5 % del PBI, y es particularmente intensiva en mano de obra (APEGA 2013). 

A esta tendencia se suma la creciente demanda de alimentos que tienen extraordinarias cualidades nutritivas como antioxidantes. Muchos expertos consideran que el Perú tiene todas las condiciones para convertirse en una potencia exportadora de este tipo de alimentos. 

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AGRICULTURA FAMILIAR EN EL PERÚ

Según el Centro Peruano de Estudios Sociales en el mundo hay 500 millones de agricultores familiares y este tipo de agricultura es la forma de organización social más importante del planeta. La última Encuesta Nacional de Hogares (2012) revela que de las 3 millones 765 mil personas ocupadas en labores agropecuarias en el territorio peruano, el 83% provino de agricultura familiar. Además en el Perú están registrados unos 55 mil pequeños agricultores orgánicos (que no usan fertilizantes ni pesticidas químicos), que también conservan y viven de la biodiversidad, y crecen cada año de forma significativa, como crecen los mercados orgánicos en todo el mundo. 

La certificación orgánica exige que los productos no provengan de, o no contengan transgénicos. Cada año, los importadores de países desarrollados piden que se certifique que los productos peruanos como quinua, pallares o maíz morado estén libres de OVM. El Perú es el primer exportador de quinua a nivel mundial. 

Pero no es el único país que estableció una moratoria. Por ejemplo, México, centro de origen del maíz, tuvo una moratoria de facto (no por Ley) de 10 años a este cultivo transgénico entre 1999 y 2009. En ese periodo estudió la distribución de la diversidad genética del maíz en todo su territorio. En el 2010 volvió a admitir solicitudes para pruebas experimentales en maíz, pero desde el 2013 ya no las acepta. Actualmente, México no cultiva maíz transgénico. 

Concluye el informe de MINAM que la falta de información inicial para poder identificar las oportunidades que presenta la conservación de nuestros recursos genéticos nativos ha generado algunas posiciones contrarias a la Ley de Moratoria establecida en el país, referidas principalmente a una posible afectación al comercio internacional de importación de semillas y a la productividad de los cultivos. 

 MUCHO QUE CONSERVAR 

En una entrevista realizada por la revista agronoticias.pe al director general de Diversidad Biológica del MINAM José Álvarez Alonso, el especialista menciona un estudio de la distribución de la papa, del maíz y del algodón, el ají y el tomate. Ese estudio llevado a cabo por el Ministerio del Ambiente es para determinar dónde se distribuyen las variedades y razas nativas, en qué condición están, cuántos agricultores las cultivan y permite identificar las tendencias de una posible reducción; es decir, abarca todos los conocimientos asociados a esas razas nativas, que son los potenciales afectados por los transgénicos. 

“De esta manera, si algún día el Perú decide permitir el ingreso de organismos vivos modificados (OVM), sabremos dónde no se debe permitir su cultivo. Así se podrá evitar que los cultivos nativos sean afectados, considerando que son el mayor tesoro del país. Se trata de un patrimonio genético de valor mundial porque son de gran importancia para la seguridad alimentaria global”, insiste Álvarez. 

 “Cuando uno escucha la frase «ley de moratoria», la impresión es que se alude a una norma prohibitiva pero se olvida que entre sus competencias también está la realización de estudios. Y de eso se han aprovechado los enemigos de la Ley de moratoria, a la que acusan de carecer de sentido y exigen que sea derogada porque, según ellos, frena el desarrollo agrícola del Perú. Eso no es cierto. La moratoria es una posición muy sabia que tomó en forma soberana el Perú para determinar un plazo de 10 años de espera a fin de conocer qué recursos tenemos, dónde y en qué situación están. Luego, eventualmente, si se decide usar los OVM, que se haga con seguridad, sin amenazar nuestra biodiversidad nativa. Entonces, estamos creando estas condiciones porque no las teníamos. Estamos creando todo el protocolo, los mecanismos y el aparato relacionado con el tema. Mi opinión como ciudadano peruano es: si algún día se autoriza ese ingreso, deberá ser en zonas muy restringidas y en donde no haya riesgo. Por ejemplo, no se debe sembrar maíz transgénico en el Valle Sagrado de los Incas porque contaminarías el conocido maíz gigante del Cusco y le harías un daño irreversible al Perú. Recordemos que no solo estamos hablando de contaminación, sino también de una amenaza a la certificación orgánica. Por ejemplo, supongamos que se quiera sembrar 20 mil hectáreas de soya transgénica en un desierto, en donde hay pocas posibilidades de contaminación. Si a menos de tres o cuatro kilómetros existe un valle en donde la gente cultiva productos nativos orgánicos, ella se vería amenazada, perdería su certificación y no podría exportar sus productos bajo la categoría orgánica”. 

Cuando Álvarez habla de evitar la contaminación se refiere a establecer una serie de distancias y barreras para evitar la transferencia de polen. Hay especies que transmiten por aire y otras solamente por insectos. 

La conservación se está realizando a pesar de todas las tendencias mundiales que indican pérdida de la biodiversidad agrícola a causa de la globalización, la migración del campo a la ciudad y la introducción de cultivos comerciales. 

Álvarez Alonso cita un ejemplo: en Francia, en 1850, se sembraban 3 mil variedades de manzana; ahora solo se cultivan tres. En el Perú, en 1850, probablemente se cultivaban más de 3,000 variedades de papa. Ahora se cultivan 3,500. No hay muchos países en el mundo que logren conservar así. A pesar de estos procesos de aculturación, de migración, de introducción de cultivos comerciales, etc. la mayor parte del Perú se conserva como era. 

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CONCLUSIONES CIENTÍFICAS 

El reciente reporte Cultivos Genéticamente Manipulados: Experiencias y Perspectivas, de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos revela que actualmente se han desarrollado menos de 10 plantas transgénicas, las cuales ocupan ya el 12% de los terrenos de cultivo del planeta. 

De las 180 millones de hectáreas cultivadas con transgénicos, Estados Unidos tiene 70 millones, mientras que Brasil, Argentina, India y Canadá tienen 90 millones; el resto esta distribuido en 23 países. 

Acerca de la conveniencia o no del ingreso a los transgénicos al Perú, Gisella Orjeda, PhD en Genética, Presidente del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación del Perú, Concytec, hace suya la opinión de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina. 

La academia tiene como función proveer un análisis objetivo y conducir actividades para resolver problemas complejos e informar a quienes deciden políticas publicas. Un comité presidido por Fred Gould de North Carolina State University en Raleigh, acaba de terminar un estudio sobre cultivos producidos por ingeniería genética. El comité ha examinado más de 700 comentarios y documentos enviados por individuos y organizaciones acerca de los riesgos y beneficios que podrían estar asociados con cultivos transgénicos y tecnologías adjuntas, y escuchó las presentaciones de mas de 80 personas con experiencia y perspectivas diversas. Además el comité examinó muy cuidadosamente literatura relevante de todo el mundo.

La presidente de Concytec basa sus apreciaciones en ese estudio:

Con respecto a la biodiversidad: el comité no encontró evidencia para conectar cultivos transgénicos con efectos adversos agronómicos o medioambientales, no hubo reducción de la biodiversidad en las chacras, más bien observaron un aumento en algunas. Observaron una menor aplicación de insecticidas. 

Con respecto a la salud: el comité encontró que comer cultivos transgénicos no implica mayor riesgo para la salud humana que con cultivos no transgénicos. Ni con personas alérgicas o con enfermedades o condiciones crónicas. Dicho esto encontraron que los cultivos transgénicos son beneficiosos para la salud, pues su resistencia a insectos reduce el uso de pesticidas. 

Implicancias socioeconómicas: concluyeron que existe mucha diversidad entre los agricultores, los tipos de cultivos y las condiciones en las que los producen. La introducción de transgénicos tiene el potencial de efectos sociales y económicos distintos para cada grupo. Para aliviar la problemática de seguridad alimentaria en poblaciones disminuidas deben producirse más cultivos transgénicos que tengan el potencial de incrementar la productividad, protección de estrés biótico y abiótico de los cultivos y mejoras nutricionales de los mismos. Debido a las altas regulaciones impuestas a estos cultivos en países desarrollados, la inversión privada en los mismos ha disminuido y lo seguirá haciendo, por lo que recomiendan que nuevos cultivos transgénicos sean creados con financiamiento público para que beneficien a poblaciones con problemas de salud o en déficit alimentario. 

A estas anotaciones, Gisella Orjeda añade una posición personal: 

 “Y para hablar de la disminución del uso de pesticidas, ¿nos hemos preguntado cómo usan los pesticidas los agricultores peruanos, en particular en el ande?... es algo terrible, los aplican indiscriminadamente y en cantidades tóxicas. ¿Por qué nadie habla de poner etiquetas en los productos diciendo: Este alimento fue producido con aplicación de pesticidas sistémicos muy tóxicos que no necesariamente desaparecen del producto?" 


TRANSGÉNICO Y ORGÁNICO NO SON COMPATIBLES

Para el doctor Sacha Barrio, naturista, especialista en medicina china, la agricultura orgánica no es compatible con la transgénica:

“Uno de los argumentos a favor del ingreso de los OVM es que podemos tener alimento transgénico, agricultura convencional y orgánico, todo junto. Y que nuestra agricultura en el Perú podría seguir desarrollándose. Eso no es verdad porque hasta hace unos 10 años la Comunidad Europea permitía un 1% de contaminación genética para darte un certificado de orgánico para tu producto. Pero hoy la tolerancia es menor. Tienes que tener 0% de contaminación de germoplasma transgénico, pero resulta que por viento y por aire todo se poliniza y se transmiten estos genes, que contaminan tus cultivos y te impiden esa certificación, un distintivo que te da un valor agregado de 20 a 30% por encima del precio del mercado internacional. Entonces no es compatible, uno no puede estar al lado del otro. Por eso debemos sentirnos orgullosos de que el Perú haya establecido una moratoria por 10 años (2011- 2021) para el ingreso de transgénicos u organismos genéticamente modificados. Somos cuna de agricultura de historia, y el legado de los incas era la semilla. Esa era su obsesión. Si los mayas andaban soñando con los planetas, las estrellas, los calendarios, los incas tenían esa obsesión: la pachamama, la tierra, las semillas para producir esas 3 mil variedades de papa, de quinua …. El Perú ha dado un ejemplo que ha impresionado al mundo con esa moratoria y tiene 10 años para demostrarle al mundo que su biodiversidad le basta para responder con calidad a nuestras necesidades alimentarias y las de muchos otros países del mundo.”


LO MEJOR PARA EL PERÚ 

 Manuel Pulgar Vidal, a pocas semanas de dejar el Ministerio del Ambiente, considera que el debate no es lineal: 

 “Podemos referirnos a cultivos donde el reto es análisis del riesgo y determinación de potencialidades, o referirnos a productos que contienen OVM, en donde el tema es información y consumidor. En el caso de cultivos en relación a los riesgos, no se trata sólo del análisis de riesgo a la salud que los transgénicos podrían causar, sino a su vez el riesgo vinculado a la erosión genética, presencia adventicia (mezcla no intencional de cantidades mínimas de un tipo de semilla o producto, con otro), dependencia económica, riesgo social relativo a la organización comunal, etc. Pero a su vez, y no menos importante, es el análisis de potencialidades. Para un país megadiverso, de parcelas de pequeña escala, con organización campesina, con capacidad de producción orgánica, con escasa tierra arable, con gastronomía creciente, entre otros elementos, que tanto nos conviene el ingreso de transgénicos? Por ello la moratoria al ingreso de transgénicos es una medida inteligente, porque durante esos 10 años se están determinando puntos de control, estudios de línea base de nuestros productos nativos, construyendo capacidades y a su vez desarrollando nuestra propia capacidad biotecnológica sobre nuestros propios recursos. Así llegaremos al 2021 con información suficiente para tomar la decisión que más beneficie al Perú, a la colectividad, y en general a los ciudadanos”.