Feminicidio íntimo es la definición legal para la muerte de una mujer, en manos de un hombre con quien la víctima tenía, al momento del crimen o con anterioridad, una relación de pareja: marido, ex marido, compañero, enamorado, novio, ex novio o amante, persona con quien procreó un niño o niña. Se incluye el supuesto del amigo que asesina a una mujer - amiga o conocida - que rechazó entablar una relación íntima (sentimental o sexual) con este.
Un informe detallado sobre este delito a cargo de la Defensoría del Pueblo revela que se estima que, a nivel mundial, 66 mil mujeres son víctimas de feminicidio anualmente, aproximadamente el 17% de todas las muertes que se producen al año. La mitad de los países con las tasas más altas de feminicidios se encuentran en Latinoamérica y el Caribe.
En el Perú, según el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, entre el año 2009 y el 2015 se reportaron 772 mujeres víctimas de feminicidio íntimo, mientras que 280 lograron sobrevivir a un intento.De acuerdo al Observatorio de la Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Perú es el tercer país sudamericano con la mayor cantidad de feminicidios íntimos, después de Colombia y Ecuador.
En el año 2010 la Defensoría del Pueblo elaboró el informe Feminicidio en el Perú: Estudio de expedientes judiciales, para identificar los criterios utilizados por los integrantes del sistema de justicia durante la investigación y sanción de los asesinatos de mujeres en manos de sus parejas o ex parejas. La supervisión realizada analiza 50 expedientes judiciales, 29 son casos de feminicidio y 21 de tentativa (intento) de feminicidio. La información recogida nos permite entender la gravedad del problema.
PERFIL DEL ASESINO
El 82% de los agresores peruanos, es decir la gran mayoría, tiene entre 18 y 44 años, edades que coinciden con la etapa en que las personas establecemos relaciones de pareja.
Con respecto al estado civil, el 74% de ellos es soltero, el 20% casado y solo el 4% viudo. El porcentaje de solteros incluye a aquellos que mantienen relaciones de convivencia.
En relación al grado de instrucción el 14% tiene primaria completa y el 18% incompleta. El 34% secundaria completa y el 12% incompleta. El 14% tiene educación superior completa y el 6% incompleta. Los grados de instrucción completos en educación secundaria y superior suman 48%. Esta información se trae abajo la creencia que solo las personas con escasos niveles de instrucción son las que ejercen violencia en la relación de pareja.
Sobre la ocupación de los agresores, las principales ocupaciones son: construcción civil 16%, agricultor 16%, chofer 10%, comerciante 10%, empleado 10%, obrero 8%, profesional dependiente 4%, vigilante 4%. Policía, militar, desempleado, estudiante, carpintero, estibador y zapatero, 2% en cada caso.
El 70% de los denunciados no tiene ningún tipo de antecedentes policiales, judiciales o penales; mientras que el 16% de ellos registra antecedentes por violencia familiar.
PERFIL DE LA VÍCTIMA
El 82 %, es decir la mayoría de las víctimas, tiene entre 17 y 40 años de edad, dato que refleja la edad reproductiva de las mujeres, así como el establecimiento de relaciones afectivas, sexuales y de pareja. La edad de las víctimas se concentra entre los 17 y 30 años con un 52%; el 30% entre 31 y 40 años; el 6% entre 41 y 50 años; el 2% 51 a más, 2%.
Con respecto al estado civil, se ha identificado que el 70% (35) era soltera; 14% era casada y en el 14% restante no hay información. Las relaciones diferentes a las conyugales, como la convivencia, unión de hecho y otros tipos de relaciones de pareja suman el 72% de la cantidad de mujeres solteras incluidas en el estudio.
El grado de instrucción de las víctimas es variado, el 2% de ellas no tiene instrucción; el 10% primaria incompleta; el 4% primaria completa; el 14% secundaria incompleta; el 10% secundaria completa; el 20% educación superior incompleta; el 4% superior completa.Al igual que los agresores, se evidencia que el 48%, es decir casi la mitad de las agraviadas, tiene secundaria completa o un grado superior.
Con respecto a la ocupación y oficio de las agraviadas se observó lo siguiente: ama de casa 22%; comerciante 14%; estudiante 12%; trabajadora del hogar 6%; cosmetóloga 4%; empleada de limpieza, profesora, ambulante, profesional dependiente representan 2% cada una.
Algunos datos relevantes no han sido incluidos en el proceso de investigación y por ello no se cuenta con esta información, como es el caso del estado civil (14%), el grado de instrucción (36%) y ocupación u oficio (32%). Esto confirma que la falta de información en los expedientes permite deducir que en esos casos no se atribuye la importancia debida a la víctima. La investigación se limita al homicidio, centrándose en la figura del agresor, dejando de lado la historia previa de la víctima.
VARIAS GENERACIONES GOLPEADAS
Las personas afectadas en los casos de feminicidio son también las hijas e hijos, quienes muchas veces son testigos de la violencia. En los 50 expedientes analizados, se identificó que el 76% de las agraviadas tienen hijos y/o hijas y el 14% (7) no los tiene y del resto no hay información.El 60% de esos hijos/as son menores de edad y el 4% de las agraviadas se encontraba embarazada durante el ataque.
El Banco Mundial señala que de los niños, niñas y adolescentes que han sido testigos de violencia familiar ven seriamente vulnerados su sentido de seguridad en ellos mismos y el desarrollo de sus personalidades. En el Informe Defensorial se hace referencia a dos estudios que demostraron que las/los niños/as que son testigos de la violencia, experimentan muchos problemas emocionales y de comportamiento, incluyendo depresión, agresividad, desobediencia, pesadillas, bajo rendimiento escolar y problemas somáticos.
PERFIL DEL DELITO
Respecto a la frecuencia horaria de los hechos, la mayoría ocurrió entre la noche y la madrugada. Los días que concentran los índices más altos de ocurrencia son los domingos con un 24% y los días lunes con un 20% , confirmando que los hechos de violencia ocurren con mucha mayor frecuencia los fines de semana.
El lugar donde ocurren los feminicidios y sus tentativas son en su mayoría en el hogar que comparten la víctima y el agresor, con el 32%, y un 26% en la calle. El 50% de las víctimas vive con su agresor. Con respecto a los medios utilizados, se ha registrado que en la mayoría de los casos se ha manipulado un arma punzo cortante, seguida de las manos, con un 20% que recurre al ahorcamiento, asfixia u otras formas de ataque. En el 16% de los casos se usaron armas de fuego.
El 30% de los casos analizados responde a relaciones de pareja concluidas (30%). Esto da cuenta del poder y control que ejercen los agresores sobre sus víctimas, usando la violencia como estrategia de dominio. Asimismo, este dato evidencia las limitaciones que tienen las mujeres para decidir sobre sus proyectos de vida y autonomía, pues a pesar de haber concluido el vínculo afectivo con sus agresores, éstos aún ejercen violencia contra ellas, para imponer sus decisiones y deseos sobre ellas.
Acerca de los presuntos motivos por los cuales los agresores cometieron el delito de feminicidio o su tentativa, según señalaron los procesados, el 36% indicó que eran celos. El 32% atribuye su delito a una supuesta infidelidad de la víctima.
Según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar –ENDES 2014, a nivel nacional, las mujeres víctimas de violencia psicológica y/o verbal declararon haber sufrido situaciones de control (65,5%) por parte de su esposo o compañero, las más frecuentes fueron la insistencia de saber a dónde va (48,6%) y la manifestación de celos (42,3%).Las razones vinculadas a la negativa de continuar la relación y la de haber terminado, suman el 24%.
Un dato muy revelador es que el 94% de los agresores señaló, como presunto motivo del delito, una causa atribuible a la conducta de la víctima, trasladando la responsabilidad de los hechos a las agraviadas (celos, supuesta infidelidad de la víctima, supuesta conducta inadecuada, negativa de continuar una relación, haber terminado la relación y negativa a tener relaciones sexuales).
Del total de mujeres que experimentó violencia física por parte del esposo o compañero o de otra persona, solo el 24% buscó ayuda en alguna institución. Entre las razones más frecuentes para no buscar ayuda, el 43% considera que no es necesario, el 16% siente vergüenza y el 13% no sabe adónde ir.
PERFIL DE NUESTRA INDIFERENCIA E IGNORANCIA
En el discurso, no solo de los agresores sino también de muchos funcionarios y funcionarias del sistema de justicia, persisten estereotipos de género que tienden a responsabilizar a la víctima del crimen, justificando la violencia en su contra.
A nivel de la Policía Nacional del Perú y del Ministerio Público no se ha institucionalizado la capacitación en temas de violencia familiar y género. La Academia de la Magistratura ha establecido como línea de formación fundamental el desarrollo de cursos, talleres y seminarios sobre género y justicia. No obstante, esta línea formativa no se ha implementado de forma sostenida y descentralizada.
En más del 80% del total de tentativas de feminicidios, las propias víctimas sobrevivientes a la violencia señalaron que hubo amenazas previas por parte de los agresores de estos hechos.
En el 81% de los casos de tentativa de feminicidio íntimo, los/as fiscales no adoptaron ninguna medida de protección a favor de la mujer sobreviviente, a pesar del alto grado de riesgo que amenazaba su vida.
En menos del 30% del total de expedientes de feminicidio íntimo y tentativa analizados, las víctimas acudieron a los servicios estatales para denunciar los hechos de violencia que venían sufriendo. Sin embargo, debido a la falta de una respuesta efectiva por parte de estos servicios, sus vidas continuaron en riesgo, con la consecuencia de que el 50% de ellas terminó siendo asesinada.